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La semilla más pequeña

«En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor: ‘Auméntanos la fe’. El Señor respondió: ‘Si tuvieran fe como un granito de mostaza, dirían a este árbol de morera: Arráncate de raíz y plántate en el mar, y les obedecería. ¿Quién de ustedes, si tiene un servidor que ara o cuida el rebaño, le dice cuando regresa del campo: “Entra enseguida y siéntate a la mesa”? ¿No le dirá más bien: “Prepárame la cena, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”? ¿Acaso debe agradecer al servidor porque hizo lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: “Somos simples servidores; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”’.» — Lucas 17, 5-10
5 de octubre de 2025 por
Evangelio En Cuentos
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🕊️✝📖 El Evangelio de hoy

Primera Lectura: Habacuc 1, 2-3; 2, 2-4 | Salmo: Salmo 94 (95), 1-2.6-7.8-9 (R. “Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: no endurezcan su corazón”) | Segunda Lectura: 2 Timoteo 1, 6-8.13-14 | Evangelio: Lucas 17, 5-10

«En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor: ‘Auméntanos la fe’. El Señor respondió: ‘Si tuvieran fe como un granito de mostaza, dirían a este árbol de morera: Arráncate de raíz y plántate en el mar, y les obedecería. ¿Quién de ustedes, si tiene un servidor que ara o cuida el rebaño, le dice cuando regresa del campo: “Entra enseguida y siéntate a la mesa”? ¿No le dirá más bien: “Prepárame la cena, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”? ¿Acaso debe agradecer al servidor porque hizo lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: “Somos simples servidores; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”’.» — Lucas 17, 5-10

🪄 "La semilla más pequeña"

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En una familia humilde, vivía Samuel, un joven que había empezado a trabajar en un taller mecánico. No era el más fuerte ni el más rápido, pero ponía empeño en cada detalle. Sin embargo, muchas veces se desanimaba: “¿De qué sirve lo que hago? Parece que nunca es suficiente”.

Una tarde, su abuelo lo encontró sentado, mirando las manos llenas de grasa y cansancio. Samuel le confesó que quería tener una fe más grande, una que moviera montañas, que hiciera milagros inmediatos.

El abuelo sonrió y le mostró un saquito con semillas de mostaza que guardaba desde hacía años. Le puso una en la palma y dijo:

—Mírala: es casi invisible, pero dentro guarda una fuerza que, con tiempo y cuidado, se convierte en un árbol capaz de dar sombra. La fe es así: no se mide por el tamaño que aparenta, sino por la confianza puesta en Dios.

Luego le añadió:

—Y recuerda lo que Jesús enseñó: no servimos para recibir aplausos, sino porque es nuestro deber de amor. La verdadera grandeza está en servir con sencillez, sin esperar reconocimiento.

Samuel lo comprendió de golpe: cada tornillo bien ajustado, cada auto reparado con paciencia, cada gesto de ayuda a un cliente era una semilla sembrada en el Reino. Tal vez pequeña a los ojos del mundo, pero inmensa a los ojos de Dios.

Esa noche, al rezar, no pidió milagros extraordinarios. Solo susurró: “Señor, aumenta mi fe. Enséñame a sembrar con paciencia, como un servidor tuyo que solo cumple su deber”.

📝 Resumen

El Evangelio enseña que basta una fe pequeña como un grano de mostaza para obrar lo imposible, pero que esa fe se vive en humildad: somos servidores que cumplen su deber. Habacuc recuerda que “el justo vivirá por su fe”, el Salmo exhorta a no endurecer el corazón y escuchar la voz del Señor, y Pablo invita a Timoteo a avivar el don recibido con valentía. En conjunto, las lecturas revelan que la fe es don que se vive en confianza, paciencia y servicio humilde.

🌱 Lección

La fe no se mide en grandeza visible, sino en la confianza humilde que siembra semillas pequeñas y sirve sin esperar recompensa.

💡 Consejo práctico

Hoy, haz una tarea sencilla con amor —en casa, en el trabajo o en la comunidad— y ofrécela a Dios, recordando que cada acto humilde es semilla de fe.



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