🕊️✝📖 El Evangelio de hoy
Primera Lectura: Zacarías 2, 5-9. 14-15a | Salmo: Jeremías 31, 10.11-12ab.13 (R. “El Señor será nuestro pastor”) | Evangelio: Lucas 9, 43b-45
«En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: «Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres». Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.»
— Lucas 9, 43b-45

🪄 "El mensaje que no entendían"
La escuela estaba de fiesta. El equipo de básquet había ganado un campeonato inesperado y todos hablaban del entrenador, un hombre mayor que siempre insistía en la disciplina más que en la fama. En medio de las risas y vítores, Sofía observaba la escena: sus compañeros alzaban trofeos improvisados, y hasta los maestros parecían contagiados de alegría.
Ese mismo día, el entrenador pidió una reunión especial. Con voz firme, dijo:
—Chicos, disfruten este momento… pero recuerden que vendrán tiempos difíciles. No todo será victoria.
El silencio apenas duró unos segundos; enseguida volvieron las carcajadas y los aplausos. Nadie quiso escuchar aquellas palabras que parecían arruinar la celebración. Todos, menos Sofía. Ella lo miró con atención, con el corazón inquieto.
Esa noche, Sofía no pudo dormir. “¿Qué habrá querido decir? ¿Qué retos vienen?”, se preguntaba. Pero el miedo a parecer rara o exagerada la detuvo de preguntarle directamente. Algo dentro de ella le decía que había un mensaje profundo escondido, uno que no se debía tomar a la ligera.
Pasaron las semanas y, como si el entrenador hubiera previsto todo, llegó una serie de derrotas dolorosas. El entusiasmo se transformó en frustración. Algunos jugadores abandonaron el equipo, otros se enojaron entre sí. El grupo que parecía tan fuerte se estaba resquebrajando.
Sofía recordó entonces las palabras que habían ignorado: “Vendrán tiempos difíciles”. Sintió un escalofrío, pero también una chispa de luz: quizás el mensaje no era un anuncio de fracaso, sino una invitación a permanecer unidos, a confiar más allá de las victorias fáciles.
Con valor, Sofía se acercó al entrenador:
—Profe, creo que ahora entiendo lo que nos quiso decir. ¿Todavía podemos aprender?
El entrenador sonrió, con una mezcla de tristeza y esperanza.
—Eso depende de ustedes. Lo importante no es solo celebrar los triunfos, sino aprender en las pruebas. Ahí es donde se demuestra el corazón.
A partir de ese momento, Sofía se convirtió en un puente entre el entrenador y sus compañeros. Poco a poco, el equipo dejó de mirar solo la gloria pasada y comenzó a crecer en madurez. Comprendieron que las dificultades podían ser maestras más grandes que las victorias.
Y aunque nunca volvió a ser igual, Sofía sabía que esa experiencia había sembrado algo más fuerte que un trofeo: la certeza de que en medio de las pruebas, Dios nunca abandona, como recordaba el salmo: “El Señor será nuestro pastor”.
📝 Resumen
El Evangelio nos muestra a los discípulos maravillados por los prodigios de Jesús, pero incapaces de comprender su anuncio de la cruz. El “velo” del miedo y la incomprensión les impidió preguntar. El mensaje es claro: no basta admirar a Cristo, hay que aprender a acoger su misterio de entrega y confiar en su plan incluso cuando no lo entendemos. Zacarías recuerda que Dios habita en medio de nosotros, y el Salmo proclama que Él es nuestro pastor. En conjunto, la Palabra nos invita a no huir de las pruebas, sino a ver en ellas la presencia fiel de Dios.
🌱 Lección
El verdadero discípulo no solo aplaude los milagros, también confía y escucha a Jesús en los momentos difíciles.
💡 Consejo práctico
Cuando algo no tenga sentido en tu vida, no te quedes callado como los discípulos: ora, pregunta, busca luz en la Palabra y confía en que Dios está contigo.